El Wat Pho de Bangkok es uno de los templos más visitados en la capital de Tailandia, un sitio que no te puedes perder en tu visita al reino de Siam.
Un templo indispensable en cualquier ruta cultural por la capital de Tailandia. El Wat Pho es uno de los templos preferidos por los turistas que pasean por Bangkok. A lo mejor no tiene la altísima pagoda del wat Arun, ni tampoco la envergadura del Wat prha keo, pero su buda reclinado que yace en el interior, de 43 metro de largo, es el principal motivo de que casi todos los visitantes que vienen a Bangkok, terminen escondiéndose del caluroso sol en su interior fotografiando esta figura.
Además de contener la mejor representación del paso de Buda al nirvana, este lugar es la cuna del masaje tailandés, y aquí fue donde se fundó la primera escuela oficial en el arte del masaje tradicional terapéutico.
El Wat Pho es uno de los templos más antiguos de Bangkok, situado en el barrio de Rattanakosin. Su interior contiene más de mil imágenes de Buda y está cercado por 2 murallas con 16 puertas custodiadas por gigantes guerreros chinos de piedra.
El exterior del templo contiene 4 salas donde se exponen diferentes figuras de Buda y varias estupas donde se dice que guardan cenizas de Buda y las más pequeñas son la tumba de las cenizas de antiguos miembros de la familia real.
La sagrada imagen del Buda reclinado de 15 metros de altura y 43 m de largo es el emblema de este templo. Sus pies de 3 m de alto y 4,5 metros de ancho están llenos de incrustaciones de brillantes divididas en una cuadrícula de 108 espacios donde se representan diferentes momentos de la vida de Buda y otros símbolos que reflejan la buena suerte, como flores, elefantes y tigres blancos. Detrás de estos grandes pies, también hay 108 cuencos de bronce a lo largo del pasadizo, donde los fieles dejan caer una a una monedas al estilo de un ritual, pidiendo suerte y ahuyentando con el sonido a los malos espíritus.
Pasear por el interior del recinto, a pocos metros del río, resulta una agradable experiencia mientras se descansa de las caóticas calles de la capital y se recupera durante unos momentos la paz interior. En los días donde la afluencia de gente es mínima, como las jornadas entre semana de la temporada baja, sentarse en al borde de su fuente de agua en forma de cascada y observar los monjes como pasean, puede ser la mejor manera de recargar pilas antes de volver a Khao san Rd o continuar nuestro “tour” por la ciudad.
Algunos detalles más sobre el Wat Pho de Bangkok
El Wat Pho fue la primera universidad pública en Tailandia, especializada en la religión, la ciencia y la literatura local. Ahora su escuela es más conocida como un centro de masaje tradicional y de medicina asiática. Después de un paseo por el templo, no hay nada como un relajante masaje de pies o en la cabeza y hombros.
Si nunca hemos probado un masaje tradicional tailandés, el Wat Pho es un buen lugar para experimentar esta actividad tan popular entre los locales. Es muy diferente a la mayoría de otras formas de masaje terapéutico y tiende a vigorizar en lugar de relajarnos. La incorporación en él de las posturas al estilo del yoga, alivia el estrés y mejora la circulación sanguínea. Tras un masaje volvimos a estar con las pilas cargadas para seguir descubriendo la ciudad de Bangkok y llegar hasta nuestra próxima parada.
