El centro de Tailandia, el corazón del país con una mezcla de campos de cultivo y Bangkok, la bulliciosa capital del reino de Siam.
En el centro de Tailandia contrasta la moderna capital, llena de rascacielos de cristal y trenes elevados que recorren Bangkok como si fueran su columna vertebral, con los fértiles campos de arroz a las afueras, donde los ríos abastecen de agua a sus campesinos y ellos cubiertos de ropa para no quemarse bajo un sol de justicia, trabajan aprovechando todas las horas de luz de la jornada.
Esta zona del país, es con toda seguridad uno de los sitios con más diversidad geográfica donde conviven la trepidante capital, islas al sudeste este de Bangkok, el trozo más norteño de la península tailandesa, siglos de historia reunidos en las ruinas históricas de Ayuttaha, el primer intento de capital en el reino de Siam en Sukhothai, y la parte oeste del país donde comparte frontera con Myanmar y donde solo el puente sobre el río Kwai, atrae a unos pocos visitantes que se atreven a desplazarse hasta allí.
Cargado de cosas que ver, sitios que visitar y sabores por descubrir, este trozo de Tailandia ofrece una pequeña porción de todas las zonas a escala reducida de la nación. El lugar ideal para conocer el país si no se dispone de mucho tiempo, pero se desea ver un poco de todo.
Zonas del centro de Tailandia
Alto Golfo de Tailandia
Esta es una de las zonas de mar menos visitadas del país por extranjeros, ya que las playas que alberga no son nada comparadas con las impresionantes estampas de costa más al sur. Por tanto, la mayoría de occidentales que pasan por aquí, solo lo hacen de camino a Bangkok o dirección a Phuket. Las pocas ciudades dedicadas al turismo que se pueden encontrar como Cha am, Hua Hin o Chumphon están encaradas a los turistas locales que viven en Bangkok y hacen pequeñas escapadas con bus o tren a estos lugares relativamente cerca de la capital.
Bangkok
El primer punto por donde pasa todo el mundo, la reunión de los recién llegados que escuchan los consejos de algún viajero ya más experto, con los que abandonan el país por el aeropuerto internacional y esperan la hora de partir apurando su última cerveza “thai” sentados en algún bar de la conocida Khao san road.
Todo esto mientras en la ajetreada ciudad se desarrolla un día a día rutinario en las colapsadas calles, donde vendedores ambulantes comparten calzada con taxis de colores llamativos, tuk-tuks que necesitan una revisión mecánica, y algún que otro autobús de línea regular que transporta a los locales con los ojos cerrados alentados por el aire de ventiladores que cuelgan del techo.
Al norte de Bangkok
Dejando atrás la caótica capital asiática, llegamos a los campos de la llanura de Tailandia, donde desde el tren o autobús se ven los cultivos de arroz que abastecen de este alimento a gran parte de la nación. Pero aquí no todos son arrozales, esta zona está sembrada de ruinas históricas que componen el verdadero espíritu de Siam.
La encantadora y mística Ayutthaya está repleta de los restos de piedra del antiguo reino y estatuas de Buda que formaban la antigua capital antes de ser arrasada por el ejército Birmano. La antigua ciudad situada encima de una isla creada por los afluentes del río Chao Phraya, le hace sentir al viajero el pasado más vivo del país.
Costa este e islas del centro de Tailandia
Entre los dos destinos turísticos de esta zona hay una diferencia enorme. Ciudades de vacaciones para locales aparte, esta zona tiene 2 grandes puntos de concentración para los extranjeros que recorren el país con el pasaporte bajo el brazo; Pattaya y Koh Chang.
Estos dos puntos calientes de Tailandia para el turismo son polos opuestos. El primero es la ciudad, cuna de las noches de fiesta para los extranjeros, donde no falta alcohol y ganas de juerga. El segundo es totalmente lo contrario, aparte de pequeñas fiestas en la playa, en la banda sur de la isla, es totalmente un spa de relax en un paradisíaco islote habitado por hippies que hace unos años no conocía nadie, pero que poco a poco se ha hecho famoso gracias al boca a boca de los que lo visitaban.
El desconocido oeste del centro de Tailandia
Un sitio extraño que se aleja de Bangkok en dirección a la frontera con Myanmar, donde pocos turistas ponen el pie a no ser que vengan por el reclamo del puente sobre el río Kwai. El ferrocarril de la muerte, retratado en la película “El puente sobre el río Kwai”, por desgracia es el único elemento que atrae a los turistas que visitan el país de las sonrisas.
Es una área donde se exhibe la vida cotidiana de los campesinos y pueblos de la Tailandia rural, donde la embriagadora tranquilidad que hay en sus pueblos, tierras y gente, hacen que sea un sitio perfecto para salirse de las rutas marcadas que ofrecen las agencias de viajes, y dejarse relajar para aquellos que tengan el lujo de vivir una prolongada estancia en el país.